En el dinámico mundo de los negocios, donde cada acuerdo cuenta, la seguridad jurídica no es un lujo, es una necesidad fundamental. Para cualquier empresa, grande o pequeña, los contratos comerciales en son mucho más que simples papeles firmados; son la base legal que define las reglas del juego, protege tus intereses y asegura el cumplimiento de las obligaciones.
Si diriges una empresa o estás pensando en emprender, entender qué son, cómo funcionan y por qué son vitales estos acuerdos, te permitirá tomar decisiones informadas y minimizar riesgos.
¿Qué son los contratos comerciales y en qué se diferencian de los civiles?
De acuerdo con el artículo 864 del Código de Comercio de Colombia, este tipo de contratos son “un acuerdo de dos o más partes para constituir, regular o extinguir entre ellas una relación jurídica patrimonial, y salvo estipulación en contrario, se entenderá celebrado en el lugar de residencia del proponente y en el momento en que éste reciba la aceptación de la propuesta”.
La diferencia principal entre el contrato comercial y el contrato civil es que el primero está ligado a una actividad empresarial y tiene como fin el beneficio económico, mientras el segundo es una relación entre particulares sin ánimo de lucro.

El matiz clave: ¿comercial o civil?
Aunque ambos tipos de contratos persiguen un acuerdo entre partes, la distinción radica en la naturaleza del acto:
- Contrato civil: se rige por el Código Civil y no necesariamente tiene un fin de lucro o mercantil. Un ejemplo clásico es un contrato de arrendamiento de vivienda no comercial.
- Contrato comercial: se rige por el Código de Comercio y tiene por objeto la realización de actos mercantiles definidos en el Artículo 20 del Código de Comercio. El factor principal es el ánimo de lucro y la actividad profesional de comercio.
Es importante destacar que, en Colombia, las normas del Código Civil se aplican a los contratos comerciales en todo aquello que el Código de Comercio no regule de forma específica.
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La importancia estratégica de los contratos comerciales para tu empresa
¿Por qué dedicar tiempo y recursos a la correcta elaboración de tus contratos comerciales? La respuesta es simple: un contrato bien redactado es la mejor póliza de seguro para tu negocio.
Estas son las razones por las que debes prestar especial atención a los contratos que celebra tu empresa:
1. Marco de seguridad y confianza
El contrato establece de forma clara los derechos y deberes de cada parte. Al formalizar la relación, se genera un ambiente de confianza y seriedad, fundamental para las relaciones a largo plazo con clientes, proveedores y socios.
2. Prevención de conflictos
La especificación detallada del objeto (lo que se va a hacer), el precio, las formas de pago, los plazos de entrega y las cláusulas de incumplimiento (como las cláusulas penales) actúa como un mecanismo de prevención.
Si surge un desacuerdo, el contrato es la referencia principal para buscar una solución sin necesidad de acudir inmediatamente a un litigio costoso.

3. Herramienta de ejecución judicial
Si, a pesar de todo, una de las partes incumple el contrato comercial, especialmente si contiene una obligación clara, expresa y exigible, se convierte en un título ejecutivo. Esto permite a tu empresa acudir a los tribunales para exigir el cumplimiento forzado de la obligación o la indemnización por daños y perjuicios de manera más expedita.
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4. Regulación de riesgos específicos
En un contrato puedes incluir cláusulas adaptadas a la operación particular de tu negocio, como:
- Cláusulas de confidencialidad (NDA).
- Pactos de exclusividad o no competencia.
- Acuerdos sobre la propiedad intelectual de los resultados.
- Mecanismos de resolución de controversias, como el uso de la Conciliación o el Arbitraje.
Tipos comunes de contratos comerciales
En la práctica empresarial, existen numerosos tipos de acuerdos. Algunos de los más frecuentes y regulados en el Código de Comercio incluyen:
- Contrato de compraventa mercantil: uno de los más comunes, donde se transfiere la propiedad de un bien a cambio de un precio.
- Contrato de suministro: una parte se compromete a proveer bienes o servicios de forma periódica o continua a otra (por ejemplo, el suministro de materias primas).
- Contrato de agencia comercial: Un comerciante independiente (agente) se encarga de promover o explotar los negocios de otro empresario (principal) en un territorio determinado.
- Contrato de mandato comercial (o comisión): Una persona encarga a otra la gestión de uno o más negocios específicos por su cuenta.
- Contrato de leasing o arrendamiento financiero: contrato atípico (no regulado plenamente en el Código, sino en normas especiales) muy usado para la adquisición de activos a largo plazo.

Conclusión: Tu Inversión más Segura
Los contratos comerciales son la herramienta legal indispensable para formalizar, proteger y hacer crecer tu actividad mercantil.
No minimices su valor. Una inversión inicial en la correcta asesoría legal para redactar y revisar tus contratos es siempre más rentable que enfrentar un costoso y prolongado pleito por un acuerdo informal o mal estructurado. La claridad de hoy es la tranquilidad de mañana.
Si tienes dudas sobre la naturaleza de un acuerdo o necesitas formalizar una relación comercial, buscar la asesoría de un experto, Faroo Legal te ofrece acompañamiento integral para proteger tu empresa y tus acuerdos comerciales. Déjanos tus datos a continuación y nos pondremos en contacto contigo.




