Como es sabido, la regla general en la gobernanza de las sociedades por acciones, acogida históricamente por la legislación colombiana, es que cada acción otorga un voto (regla de la proporcionalidad). Significa ello que, si un accionista detenta la mayoría accionaria de la sociedad, tiene el poder de decisión en la asamblea de accionistas porqué tiene más votos que los demás accionistas.
El voto múltiple
La Ley 1258 de 2018 “Por medio de la cual se crea la sociedad por acciones simplificada” introdujo en el sistema colombiano una figura novedosa, utilizada en otros sistemas legales del mundo (v.g. Derecho anglosajón) que se aparta de ese famoso principio de proporcionalidad. Se trata del voto múltiple en empresas.
El artículo 11 de la señalada ley establece que en los estatutos de las sociedades por acciones simplificadas se expresarán los derechos de votación correspondiente a cada clase de acción indicando expresamente si se trata de voto singular o voto múltiple, si a ello hubiere lugar.
La Ley 1258 de 2008, no definió el concepto de voto múltiple ni estableció las reglas de su implantación. Simplemente lo mencionó como admisible en la legislación colombiana a partir de la expedición de la mencionada ley.
La Superintendencia de Sociedades, dio luces sobre el alcance del voto múltiple cuando en el Oficio 220-121211 del 1º de noviembre de 2009 señaló: “El voto múltiple que en efecto puede atribuirse a una o más de las acciones en que se divida el capital de la sociedad por acciones simplificada según los términos del artículo 11 de la mencionada ley, es aquel que permite que una acción en particular confiera a su titular el derecho a emitir más de un voto en las decisiones de la asamblea General de accionistas...”.
La Superintendencia de Sociedades confirma en el oficio que, en virtud de la norma, es posible que el titular de una acción pueda emitir más de un voto sin que señale restricción o tope alguno sobre el número de votos que una misma acción pueda contener. En otras palabras, el titular de una acción puede emitir tantos votos como quieran aprobar los accionistas en los estatutos.
En la misma doctrina, la Superintendencia señala que esta categoría de votos le da cierto poder a un accionista minoritario sin invertir suma grandes de dinero por capital. La ley 1258 no limita el número de votos que se le puede asignar a una acción y corresponderá a los accionistas definirlo en los estatutos de la sociedad. En esos acuerdos se podrán fijar todas las condiciones y características de los votos múltiples.
Votos múltiples en empresas de familia:
Tal vez donde mayores beneficios se obtienen de la utilización de la figura del voto múltiple es en las empresas de familia.
El voto múltiple funciona muy bien para aquellos casos en los que el accionista fundador quiere “pasar la posta” y entregar la administración y la propiedad accionaria a sus legatarios sin perder el control de las decisiones estratégicas de la empresa. Es una figura que se acomoda perfectamente a una sucesión anticipada de la propiedad accionaria.
En este caso el fundador puede ceder sus acciones a sus sucesores dentro de un proceso de sucesión anticipada y mantener una porción mínima del capital social y a esas acciones minoritarias asignársele, a través del voto múltiple, una cantidad de votos tal que sean los que definan las decisiones que se quieran tomar dentro de la empresa. Esto le permitiría al fundador mantener el control estratégico y proteger los intereses de la familia frente a posibles conflictos o intereses contrapuestos de otros accionistas.
El voto múltiple en empresas de familia puede ser una herramienta útil para fortalecer la gobernanza y la continuidad del negocio, siempre y cuando se implemente de manera responsable y se respeten los principios de transparencia, equidad y buen gobierno corporativo.
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