Emprender es una aventura fascinante, llena de innovación y potencial. Pero para que esa idea brillante no se quede solo en el papel, necesita una base legal sólida. Crear una startup no se trata solo de tener un buen producto o servicio, implica tomar decisiones jurídicas cruciales que definirán su futuro, su financiación y, lo más importante, su protección.
Según Stripe, al menos 18% de las startups que cierran enfrentan desafíos regulatorios o legales que no pueden solucionar. Precisamente, no abordar esos temas legales conlleva aún más barreras: faltas de financiamiento, problemas tributarios y enfrentamientos internos.
Pero los retos no se quedan ahí. Incluso cuando una startup decide cerrar operaciones por la falta de acompañamiento legal y tributario, se enfrentan a costos que se pueden prevenir. De acuerdo con el estudio “¿Por qué las startups fracasan?” de Rockstart, en promedio cerrar una startup en Latam puede costar aproximadamente $2.000 dólares. Eso sin contar los casi $40.000 dólares que pueden pagar por el acompañamiento de abogados en ese proceso.
Por eso, es necesario hablar sobre los pilares legales que todo fundador debe conocer, evitando así dolores de cabeza y conflictos futuros. Si estás en la fase de gestación de tu startup, presta especial atención a estos puntos.
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La elección de la forma jurídica al crear una startup: más allá del nombre
Uno de los primeros y más importantes pasos al crear una startup es decidir bajo qué figura legal operará. Esta decisión compromete la responsabilidad de los fundadores, el régimen fiscal y la facilidad para recibir inversión.
Las sociedades más recomendadas
Aunque existen múltiples opciones, las startups suelen optar por estructuras que separan el patrimonio personal del empresarial y facilitan la entrada de nuevos socios e inversores (Equity).
- Sociedad por Acciones Simplificada: en países como Colombia, Chile y otros de Latinoamérica, este tipo de sociedad es la estrella. Es flexible, se constituye fácilmente con uno o más socios y, lo más relevante, sus estatutos se pueden adaptar a las necesidades específicas de una startup, incluyendo la emisión de distintas clases de acciones y la regulación de la transferencia.
- ¿Por qué es clave? Otorga responsabilidad limitada a los aportes y facilita los procesos de inversión (due diligence).
- Sociedad Limitada (SL) o Sociedad Anónima (SA): en España y otros países europeos, estas figuras también se adaptan.
La elección debe estar alineada con tu plan de crecimiento y tu estrategia de captación de capital. Un error aquí puede suponer una costosa reestructuración legal más adelante.
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El acuerdo de socios (pacto de fundadores): la constitución interna
Este documento es, sin duda, la clave de la convivencia futura y un requisito para cualquier inversor serio. Un error común es creer que con los estatutos de la empresa es suficiente. ¡No lo es!
Mientras los estatutos regulan la sociedad frente a terceros, el acuerdo de socios regula la relación entre los fundadores y futuros inversores, tratando aspectos sensibles que deben quedar claros desde el día cero:
- Participación Accionaria (Equity): ¿Quién tiene qué porcentaje y por qué?
- Cláusulas Vesting (Permanencia): mecanismo que obliga a los fundadores a permanecer en la startup durante un tiempo para consolidar la propiedad de sus acciones, evitando la salida temprana y desmotivada de un socio.
- Cláusulas Non-Compete y Exclusividad: restricciones para que los fundadores no trabajen en competidores directos durante y después de su permanencia.
- Mecanismos de Salida: cómo se valora la participación si un socio desea irse (Buy-Sell Agreements) o si debe ser forzado a vender (Drag Along y Tag Along).
Protección de la propiedad intelectual e industrial
El activo más valioso de cualquier startup es su innovación: su código, su algoritmo, su marca o su método de negocio. Legalmente, esto se traduce en Propiedad Intelectual (PI) e Industrial.
Marca y nombre comercial
El registro de la marca es crucial. No basta con tener un dominio web o un logo bonito. Debes registrar el nombre y el logo de tu startup ante la entidad competente (por ejemplo, la Superintendencia de Industria y Comercio en Colombia o la Oficina Española de Patentes y Marcas en España).
- Riesgo por No Registro: si no lo haces, corres el riesgo de que un tercero registre una marca similar, obligándote a cambiar tu identidad corporativa y perder todo el goodwill (fondo de comercio) acumulado.
Contratos de Cesión de Derechos (IP Assignment)
Este es un punto de quiebre en la financiación. Todo inversor exigirá prueba de que la startup es la propietaria real de la tecnología que vende.
- Fundadores y Empleados: todos los fundadores y desarrolladores (internos o freelancers) deben firmar un contrato que ceda explícitamente a la empresa todos los derechos de autor y patentes sobre el código, diseño y cualquier invención creada mientras trabajaron para la startup. Sin esta cesión, el desarrollador podría reclamar la propiedad del código, un riesgo inaceptable para el negocio.
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Aspectos laborales y contratación si vas a crear una startup
A medida que creces, empiezas a contratar talento. Aquí, el error más grave es simular una relación contractual diferente a la laboral para ahorrar costes.
Contratos de Freelancers y la realidad laboral
Muchos fundadores contratan desarrolladores o diseñadores bajo un Contrato de Prestación de Servicios. Esto es legal, siempre y cuando no exista una subordinación laboral (horarios fijos, reportes directos y cumplimiento de órdenes). Si el prestador de servicios puede probar que existe una relación laboral real, el riesgo de una demanda es altísimo, acarreando multas y el pago retroactivo de prestaciones sociales.
Una recomendación que te damos es que, desde el principio, diferencies claramente entre un trabajador dependiente (sujeto a la legislación laboral) y un contratista independiente. En este punto, es vital contar con asesoría legal para evitar contingencias futuras.
El Cumplimiento Normativo (Compliance)
Finalmente, crear una startup implica cumplir con las regulaciones específicas de tu sector. Dos áreas son transversales y críticas:
- Protección de Datos Personales (GDPR, Leyes de Habeas Data): si manejas datos de usuarios, clientes o empleados, debes cumplir con las leyes de protección de datos (como el Reglamento General de Protección de Datos – GDPR en Europa, o leyes equivalentes en Latinoamérica). Esto implica tener avisos de privacidad claros, solicitar consentimiento informado y garantizar la seguridad de la información. El incumplimiento se sanciona con multas millonarias.
- Fiscalidad y Contabilidad: mantén una contabilidad impecable y cumple con todas las obligaciones tributarias desde el inicio. Los regímenes especiales para emprendedores (como el Régimen Simple de Tributación en Colombia) pueden ofrecer beneficios, pero exigen estricto cumplimiento.
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